domingo, 29 de junio de 2014

Alfonsina Storni: poetiza apasionada (2)

Hoy el segundo de tres poemas de Alfonsina:

Pudiera ser
Alfonsina Storni
                                    
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
                              
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser...
A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero, se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo esto mordiente, vencido, mutilado,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.


Fuente:
http://www.cervantesvirtual.com/bib/Alfonsina/supoesia.shtml

viernes, 27 de junio de 2014

Alfonsina Storni: poetiza apasionada

  En 1892, el 29 de mayo, nació en Sala Capriasca Alfonsina, la tercera hija del matrimonio Storni. Llevó el nombre del padre.  En 1896 la familia vuelve a San Juan (Argentina). En 1901, la familia se trasladó nuevamente, esta vez a la ciudad de Rosario. Estudió la carrera de maestra rural en Coronda.

  Escribió varios libros, entre ellos La inquietud del rosal,  Ocre, Mascarilla y trébol.

  El 23 de octubre  de 1938 viajó a Mar del Plata y hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina abandonó su habitación y se dirigió al mar donde dejó su vida.

Hoy el primero de tres poemas de Alfonsina:

El divino amor
[Poema: Texto completo.]
Alfonsina Storni
Te ando buscando, amor que nunca llegas;
te ando buscando, amor que te mezquinas.
Me aguzo por saber si me adivinas;
me doblo por saber si te me entregas.

Las tempestades mías, andariegas,
se han aquietado sobre un haz de espinas;
sangran mis carnes gotas purpurinas
porque a salvarte, oh niño, te me niegas.

Mira que estoy de pie sobre los leños,
que a veces bastan unos pocos sueños
para encender la llama que me pierde.

Sálvame, amor, y con tus manos puras
trueca este fuego en límpidas dulzuras
y haz de mis leños una rama verde.


Fuente:

sábado, 21 de junio de 2014

Niños

Si ya dejaste atrás la infancia, si la adultez pretende cercenar las alas del niño que aun eres….
 Aquí comparto este breve poema:

Niños
Cantame una canción de cuna,
soplame los mocos una y mil veces.
Atame los cordones de las zapatillas,
y salgamos a pasear por el parque.
Soltemos globos, muchos globos al aire,
remontemos un barrilete,
busquemos bichitos debajo de las piedras
y juguemos a la escondida en últimas horas de la tarde.
¡Pica!

Niños, niños.
Seamos niños.
Que el reloj de la vida retroceda,
a ese lugar sin tiempo ni preocupaciones.
Dale, ¡seamos niños!
Que la vida es demasiado corta,
para vivirla como adultos.

Victorina


  La edad adulta supone la capacidad del ser humano de valerse por sí mismo, de ser independiente, de cuidar y hacerse cargo de aquellos que aun no son adultos, es decir los niños.


  Que la adultez no aparte al niño que llevamos dentro. A ese niño con su inocencia, con su espontaneidad, con su capacidad para el asombro. A ese niño que no puede y no sabe medir el tiempo en minutos ni horas. A ese niño que disfruta de las pequeñas cosas, de las más simples. A ese niño que tratamos de quitar de nuestro ser para sentirnos grandes, pero que nos devuelve la frescura de la vida.




Imagen extraída de:
http://www.bebesymas.com/educacion-infantil/extraescolares-para-menores-de-seis-anos

miércoles, 4 de junio de 2014

Nunca es lo mismo

  No se si a vos te pasa que ante la llegada de alguna fiesta o de una estación del año o de algún mes, uno dice “otra vez Navidad”, “otra vez fin de año”, “otra vez otoño”. Como si todos y cada uno de ellos fuesen siempre iguales, siempre lo mismo.

  El año pasado en el comienzo del otoño me hallaba mirando un hermoso fresno que está en el frente de mi casa. Observaba sus hojas amarillo-verdosas, doradas, y como caían sobre la vereda formando un colchón crujiente, de un ocre  maravilloso a la vista.

  Entonces me dije “otra vez otoño”. Luego pensando en mi papá, quien había estado el otoño anterior pero ya no estaba en este, corregí mi expresión… era un nuevo otoño, las hojas volvían a caer, era el mismo mes que años anteriores, el mismo árbol, la misma vereda, el mismo suelo… volvían a caer, pero caían “de nuevo”. Un nuevo otoño sin mi papá, ya no era lo mismo.

  ¡Cuántas estaciones han pasado! ¿Cuántas más pasaran? Nunca es igual, aunque a veces creamos que sí lo es.

Cada día es un regalo,
un regalo nuevo
cada día.
Victorina

Nunca es lo mismo
Hoy vuelven a caer
las hojas sobre el suelo
primicia de un otoño
que luego se hará invierno
despojos de un pasado
de ramas reverdecidas
anhelo de nuevas primaveras.

Hoy vuelve a caer
el sol tras el día
oculta su luz por horas
regala una noche
oscura de penumbras
mágica en ausencia
de luces diurnas.

Una y otra vez
noches y días
otoños, inviernos,
primaveras, estíos.

Siempre igual
la misma tierra
el mismo sol
el mismo suelo
las mismas hojas
las estaciones
el mundo que gira.

Hoy de nuevo
caen hojas.
Ya no es igual
tú ya no estás
sobre este suelo.
Te has ido.

Hoy de nuevo
cae el sol.
Ya no es igual
tú ya no estás
en este día.
Te has ido.

Siempre igual
siempre nuevo.
Desde el principio
el mismo sol
la misma tierra
los que nacen y mueren
dejan su huella.
Nunca nada
es lo mismo.

A todos los que se han ido.

Victorina Rivera Rúa

Otoño 2013



Foto: JAR