viernes, 7 de febrero de 2014

     Exuberante. Como la selva, así es la mente.

   Pensamientos e ideas por donde sea, emociones que florecen, sensaciones que germinan, crecen, se multiplican. Soles de alegría, nubarrones de tristeza, chaparrones de dolor, vientos de certeza.

  Y en la exuberancia selvática un camino serpenteante de expresión que recorre lo imposible, valiéndose de letras para tratar de traducir todo eso que sucede, todo eso que es la exuberante selva del ser.

   Muchas veces las palabras alcanzan, otras veces resultan insuficientes. Tantas más las palabras sobran para llegar al otro, tocar su alma.

    
   ¡Qué buen camino de exuberancia, poder expresarnos con las palabras!

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