miércoles, 23 de diciembre de 2015

Fiestas

   QUIZÁS estés un poco cansado de recibir saludos para estas fiestas…feliz Navidad, próspero Año Nuevo, muchas felicidades y varios mensajes más….

   NO conozco tus creencias, tu fe y tampoco cuáles son las circunstancias de tu vida. De todos modos te comparto algunos de mis pensamientos en estos tiempos de Fiestas. Lejos del ruido y de las luces, lejos de la embriaguez, de las comilonas, lejos del encuentro con seres queridos, lejos de la tristeza por las ausencias . . . hay una certeza, una esperanza . . . no estás sola, no estás solo, no . . . hay un ser pequeñito y frágil, tremendamente humilde y a la vez tremendamente poderoso, ha venido hace ya miles de años y vuelve a venir, viene hoy, golpea las puertas de tu ser, te pide un lugar, que le des cabida, que te  abras al misterio de un amor tan grande que lo ha llevado a hacerse uno más entre nosotros: a nacer y usar pañales, a amamantarse de los pechos de su madre, a sentir frío, calor, cansancio, hambre, dolor. . .

  NO es una Navidad más, no es otra Navidad, es La Navidad, única, maravillosa y perfectamente tuya, seas de donde seas, tengas la edad que tengas, poseas el aspecto y la historia de vida que poseas,  hoy aquel que ha dado la vida al universo entero, aquel que ha creado el cosmos, el Señor de la Creación toda, quiere un lugarcito en tu corazón, quiere nacer allí y amarte infinitamente –no importa cuántas veces te hayas equivocado- quiere hacerse pequeñito, tan pequeño y frágil como vos y como yo; y así siendo cercano, siendo Dios con nosotros –Emmanuel- darnos una nueva vida, darnos la esperanza de que nada está perdido, de que todo puede ser mejor, de que tanto vos como yo, y la humanidad toda, somos amados y de que ese amor desborda todas nuestras limitaciones, es Cristo que nace HOY.

  AUNQUE ya te lo hayan dicho muchas veces: 

FELIZ NAVIDAD PARA VOS HOY


VICTORINA


 Diciembre 2015



Imagen del Pesebre viviente en el Pequeño Cottolengo Luis Orione
Foto: JIR

sábado, 19 de diciembre de 2015

Oliverio Girondo: biografía y un poema

    Nace Oliverio en Buenos Aires, un 17 de agosto de 1891, en el seno de una familia acomodada de ilustres antepasados. Su infancia transcurre en la capital argentina, aunque muy temprano la grácil economía familiar encamina los pasos del poeta en ciernes hacia la vieja Europa, que paradójicamente seguía albergando el nacimiento de lo nuevo. Cursa estudios en varios colegios en Europa.
   Termina sus estudios juveniles de regreso a Buenos Aires y principia su actividad literaria. Comienza la carrera de Derecho y acuerda con sus padres no abandonar la carrera si consienten financiarle visitas periódicas a Europa en período vacacional. De esta manera, se hacen más frecuentes los viajes a Europa y en ellos entabla relaciones literarias y amistosas con poetas y artistas del continente europeo, que le introducen en los diversos círculos de las nuevas corrientes estéticas.
1922: Oliverio publica en Argenteuil (Francia) la primera edición de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía.
1932: Publica en Buenos Aires Espantapájaros. El poeta organizó la propaganda del libro en un coche fúnebre tirado por seis caballos, presidida por una réplica en papel maché del «académico» que el pintor José Bonomi dibujó para la portada del libro.
1934: Establece gran amistad en Buenos Aires con Pablo Neruda y Federico García Lorca, que por esas fechas dirige en Buenos Aires la obra La dama boba.
1937: Publica el extraño y oscuro Interlunio.
1943: Contrae matrimonio con la también poeta Norah Lange, después de una duradera relación.
1946: Aparece una plaquette que contiene su poema Campo Nuestro, homenaje del poeta a la pampa argentina.
1953: Se publica una primera versión de En la masmédula compuesta de dieciséis poemas.
1956: Aparece en la editorial Losada la versión definitiva de En la masmédula, a la que el poeta añade una decena de poemas nuevos.
923: Se publica en España el segundo libro de poemas de Girondo, Calcomanías. 1961: Sufre un grave accidente que le deja mermado físicamente.
1967: Muere en Buenos Aires el 24 de enero, y es enterrado en el ilustre cementerio porteño de la Recoleta.

   Más allá de su biografía, Oliverio Girondo se nos muestra en este fantástico poema:



Esperaba
esperaba
y todavía
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.

¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?


Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera.
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rítmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.

Sólo yo.
¡Sí!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.

¡Ah!

el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.