Ido
¿Qué pasó por tu mente?
¿Qué oprimía tu alma?
¿Qué dolores punzantes
clavaban su filo
en tan joven destino?
¿Cómo pudo la vida
ser un pozo sombrío
si era flor que se abría
en posibles caminos
para ser elegidos?
¿Cuántas nubes oscuras
ocultaron tu brillo
enceguecieron la mente
te sumieron de lleno
en tan duro destino?
¿Pudo nadie ayudarte?
¿Pudo ser un desatino?
¿Por qué este desenlace
que tu ser ha querido
o no lo has elegido?
Si se hubiera podido
escuchar tus silencios
ayudar en lo poco
embellecer a tus ojos
lo que hoy se ha perdido.
¡Cuánta tristeza!,
saber que te has ido.
A Matías C., y en él a todas
las personas
que eligieron (¿eligieron?) ser “idos”.
Que el Señor los reciba
con sus brazos abiertos
en su infinito amor misericordioso.
Victorina Rivera Rúa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario