Foto: VMRR
Puerta Cerrada
Y vió en tus ojos
el frío gélido
de la muerte eterna
Y en tu rostro
un rictus
de rigidez interna.
Y el castillo soñado
de deseos colmado
se hizo añicos
en un tiempo pensado.
No mediaron palabras
no hubo gestos
ni nada que hiciera
falta.
Un adiós para siempre
para olvidarte
para no verte.
Una puerta cerrada
con mil vueltas de
llave
para olvidarte
para no verte.
Para siempre.
Y miró a un costado
y miró hacia el frente
y no miró hacia atrás
para olvidarte
para no verte
para dejar de quererte.
Hoy y siempre.
Victorina Rivera Rúa©
Agosto
2013
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